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sábado, 7 de junio de 2014

₃₆ Steamworld Dig: A Fistful of Dirt (2013)

Tipo: Plataformas/excavación
Año: 2013
Estudio: Image & Form
Multijugador: No
Puntuación: 3

Steamworld Dig es un juego de excavación protagonizado por un robot minero en el antiguo oeste, con numerosos elementos de steampunk y fantasía. Por mezcla de géneros que no quede. No obstante, muchos de ellos son mero atrezzo y el fundamento del juego es la excavación de "cubos" de tierra para ir construyendo nuestra mina (un estilo de juego actualmente de moda). Allí encontraremos objetos útiles para mejorar nuestras habilidades y piedras preciosas que podemos vender en Tumbleton, el pueblo medio abandonado de la superficie de la mina, aunque el camino de regreso no siempre será sencillo de recorrer. En las profundidades hallaremos también accesos a otros mundos que explorar, hasta descubrir qué fue realmente del tío Joe.

Los puntos fuertes de Steamworld Dig son la suavidad de los controles (incluso con teclado, que es como juego yo) y la estética del mundo de juego, con esos curiosos elementos robóticos y steampunk en un entorno del Far West más típico. Incluso la banda sonora recuerda a las clásicas partituras de Ennio Morricone.

Nunca me caíste bien, tío Joe.

En cambio, flojea a la hora de aprovechar la idea de fondo. Al final acaba siendo un juego de plataformas simpático pero no rompedor, y bastante breve además. No es que me queje, porque odio los videojuegos demasiado extensos o difíciles, pero a uno le queda la sensación de que el concepto de un robot solitario excavando podía dar más cancha. Cierto que hay que tener un poco de cuidado en lo que excavamos, porque según piquemos otras zonas pueden acabar resultando inalcanzables, pero rara vez es un factor crítico, y el tema de la luz (que se va consumiendo rápidamente, y cuando nos quedamos sin ella no es posible identificar qué hay en cada cuadrado de tierra) también nos empuja a avanzar sin darle demasiadas vueltas a cosa. Igual pido demasiado, pero me hubiera gustado más algo al estilo de Don't Starve, poder paladear esa sensación de soledad a cientos de metros bajo tierra, en un entorno hostil y desconocido. Obviamente, no era esa la intención de los desarrolladores suecos de Image & Form, que optaron por un espíritu mucho más ligero.

Elegante vecindario.

Tampoco quiero pasarme de duro, este es un juego simpático y bien hecho que merece la pena si se consigue a buen precio. Es visualmente agradable y los puntuales elementos steampunk, como los poderes que requieren el uso de vapor de agua por parte de nuestro protagonista, tienen su puntito de originalidad. A los jugones se les hará corto, porque se llega en tres o cuatro horas al final boss (que por supuesto es absurdamente más difícil que todo lo anterior) y morir no supone un serio revés, sólo volver a la superficie y perder la mitad del dinero que lleváramos encima en ese momento. Aun así, puede servir para echar ratos muertos incluso completado, porque parte del subsuelo se genera con cada partida (aunque siempre dividido en tres zonas: la normal de tierra, una especie de submundo habitado por humanos mutantes y una zona futurista robotizada). La traducción de los textos al castellano, dicho sea de paso, es bastante deficiente (no, "pico" no es lo mismo que "pica", señor traductor).

Tengo entendido que los desarrolladores están trabajando en una segunda parte, y también en otros juegos ambientados en el mismo mundo de Steamworld, que ciertamente puede ofrecer muchas ideas buenas si saben aprovecharlo.

Similitudes razonables con...


Plants vs. Zombies

Tiny Barbarian

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