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lunes, 25 de septiembre de 2017

₁₃₈ Curse of the Azure Bonds (1989)

Tipo: Juego de rol
Año: 1989
Estudio: Strategic Simulations, Inc.
En español: No
Multijugador: No
Puntuación: 4

Curse of the Azure Bonds es la continuación del famoso videojuego de rol Pool of Radiance, que había inaugurado la serie conocida como "Gold Box" en la que tuvieron cabida numerosos títulos y que tantas alegrías nos dio. Sigue usando las reglas de AD&D 1ª edición y ambientándose en los Reinos Olvidados, y de hecho podemos exportar los personajes del juego anterior para continuar yendo de aventuras con ellos (pero sin su equipo, lástima). Si los creamos nuevos, comienzan con 25.000 puntos de experiencia cada uno, suficiente para alcanzar el nivel 5, aproximadamente, y tener alguna posibilidad contra los peligros que nos esperan.

En casi todos los aspectos Curse es muy similar a su predecesor, salvo por ciertas mejoras en los gráficos y algunas opciones de juego novedosas, como curaciones automáticas por parte de nuestros clérigos si disponemos de suficiente tiempo y tranquilidad (detalle que se agradece), la aparición de ciertos elementos de atrezzo en la ventana de combate (como sillas y mesas) y detalles así. No pasó ni un año entre el primer juego y este, así que no sorprende la similitud.

Los cinco tatuajes azures.

A pesar de que en teoría es una continuación de Pool of Radiance, por algún motivo en lugar de seguir con la historia inicial (que era razonablemente interesante) este juego se basa en la novela Azure Bonds, escrita por Kate Novak y Jeff Grubb (matrimonio), y que en España publicó Timun Mas con el título de El tatuaje azul dentro de su serie de libros de los Reinos Olvidados. Yo me la leí en su momento, antes incluso de comprar estos videojuegos, y sólo recuerdo que era bastante malilla. Creo que cualquier cosa que se les ocurriera a los programadores hubiese sido más emocionante, pero imagino que aquí mandaba TSR y se hacía lo que ellos dijeran, y en esos momentos Grubb estaba muy bien situado en la editorial. Simplemente se aplicaron un par de cambios a la trama de la novela para que el malo del primer juego volviera a aparecer aquí, y arreando.

Vista de exploración en primera persona.

El ritmo de partida también es bastante diferente. En Pool of Radiance el comienzo era muy tranquilo: llegábamos a la ciudad de Phlan, nos equipábamos, buscábamos misiones y si acaso nos adentrábamos un poco en los barrios bajos (slums) para volver corriendo a los templos de la zona civilizada. En cambio aquí hay tortas y viajes desde el minuto uno, y la trama se nos impone al vernos convertidos en títeres de cinco facciones de la zona que buscan aprovecharse de nuestras capacidades en su propio beneficio (si lo piensas es un poco tonto, pero ¿cuándo no han sido tontas las tramas de los CRPGs?) Lo importante es que podemos explorar la región, sus pueblos y zonas salvajes. Por cierto, todas estas aventuras se ambientan al este del Moonsea, empezamos en Tilverton y nos desplazamos por la región de los valles. Puedes ir al oeste y llegar hasta Phlan si te empeñas, pero no hay nada que hacer allí (literalmente, es sólo un menú de opciones para comprar equipo y escuchar rumores de taberna).

Vista de combate en isométrica.

Hay por supuesto nuevos tipos de monstruos y nuevos hechizos, pero el sistema de exploración y de combate (tan diferentes entre sí pero bien integrados) permanecen virtualmente intactos. Y si no los conocéis, os recomiendo encarecidamente que comencéis por Pool of Radiance para acostumbraros a ellos, sobre todo al combate ya que el otro es típico de los dungeon crawlers. Hay algunas mejoras puntuales en los encuentros, de forma que son más flexibles y a veces están interconectados formando minitramas: primero encontramos un personaje que huye de algo, luego a los que le están persiguiendo, luego a su jefe, cosas así. No llega por supuesto al nivel de Baldur's Gate, pero es un buen intento de salirnos de las batallas sin otro objetivo que acumular xp y está muy por encima de lo que ofrecería por ejemplo Eye of the Beholder un par de años después. Eso sí, la musiquilla inicial y los ocasionales sonidos siguen siendo de altavoz de PC, con todo lo horrible o nostálgico que eso conlleva, según gustos.

En el juego la imagen está animada (un poco).

El juego es largo y difícil, que nadie se engañe, y con una cantidad brutal de combates, tantos que pronto chocaréis con el tope de experiencia y niveles (y antes todavía si jugáis con personajes semihumanos, que según las reglas de AD&D no pueden avanzar más allá de cierto punto, por lo general entre el nivel 9 y el 12). Yo lo terminé en su momento por pura devoción y porque tenía mucho tiempo libre en esa época, pero llega a hacerse agotador. Al menos tratad de enfrentaros primero a las facciones más débiles, porque los videojuegos de esta época no adaptaban la dificultad de los enemigos a la capacidad de los PJs y os podéis meter en situaciones realmente difíciles.

Sin duda Curse of the Azure Bonds es un buen videojuego de rol, pero diría que no tanto como Pool of Radiance, aunque sea simplemente porque se limita a copiar mucho de lo que ya había implantado aquel, con lo que se pierde el mérito de lo novedoso. Por ejemplo, en algunos encuentros se recurre a un "Adventurers Journal", que es un manual que veía con el juego original (¡yo lo tengo!) con pistas, planos y rumores que debes consultar a lo largo del juego, y eso es estupendo... pero es lo mismo que ya vimos en Pool, y allí el diario era físicamente más bonito, más parecido a un verdadero diario que fueran rellenando nuestros personajes. Detalles, pero todo cuenta.

El libro de pistas.

Más allá de Curse of the Azure Bonds

El segundo título de la saga se vendió bien pese a su relativa falta de originalidad (casi 180.000 copias adquirieron los aficionados) y hasta apareció un libro de pistas con mapas de las diversas zonas de juego y lo que podíamos encontrar en ellas.

Como solía ocurrir con los títulos de éxito, TSR aprovechó para sacar un suplemento para su juego de rol de AD&D en el mundo de Forgotten Realms, con el mismo nombre que el videojuego y elaborado por el propio Jeff Grubb. Por su parte la novela se acabó convirtiendo en una trilogía llamada The Finders Stone Trilogy (por lo poco que recuerdo, bastante mala en su conjunto). Y por supuesto la serie de videojuegos de SSI continuó con Secret of the Silver Blades y Pools of Darkness, al ritmo de una por año, aunque ninguno aportó grandes diferencias sobre lo ya conocido.

Similitudes razonables con...


Pool of Radiance

Eye of the Beholder

Bloodwych

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