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viernes, 21 de marzo de 2014

₃₀ Chicago 1930 (2003)

Tipo: Comandos
Año: 2003
Estudio: Spellbound Studios
Multijugador: No
Puntuación: 3

En este juego de comandos podemos tomar partido por la mafia o por el FBI, en su lucha por el control de Chicago. Si formamos parte de la mafia, la acción se desarrolla en 1928, apoyando a don Falcone a hacerse con los negocios turbios de la ciudad frente a los gángsteres irlandeses. En cambio, si elegimos formar parte de los agentes de la ley, las misiones se trasladan a 1930 y habremos de enfrentarnos al ya triunfante Falcone.

Para las misiones podremos elegir hasta cinco hombres, uno de los cuales es obligatoriamente nuestro protagonista, y por lo general cada una implica hacerse con el control de uno de los barrios en disputa de Chicago. Cada barrio posee ciertos elementos (armerías, comisarias, bares clandestinos, gimnasios, redacciones de periódicos, etc.) que nos proporcionaran ventajas adicionales a la hora de gestionar nuestro equipo.

Las armas o los métodos de enfrentarnos a los testigos varían si jugamos con la mafia o el FBI. Obviamente, de jugar con la poli tendremos que ser mucho más "limpios" en nuestras acciones, aunque para ambos bandos un exceso de violencia injustificada acabará con el personaje fuera del tablero. Las misiones suelen desarrollarse en un entorno urbano relativamente pequeño y bien acotado: un almacén, una licorería, la planta de un hotel y cosas así.

Fue en defensa propia, él eligió el color de la moqueta.

Considero que Chicago 1930 es el hermano menor de Robin Hood: La leyenda de Sherwood. Primero, porque es del mismo estudio y sigue una similar filosofía de juego, pero también porque está mucho menos maduro. El resultado final es considerablemente peor, y eso que a priori un juego con esta temática me parece mucho más atrayente que el de Robin de los Bosques.

Resulta complicado decir por qué este videojuego no alcanza el nivel exigible pese a lo interesante de su premisa. Primero, los entornos de juego están asombrosamente detallados. Eso es bueno, ¿verdad? Pues no, porque en un 95% son meros decorados: no podemos hacer nada con ellos, ni montar en los coches, ni abrir armarios, ni apagar las luces, ni hablar con buena parte de la gente. Es frustrante comprobar que las misiones son demasiado simples y no cabe plantear una verdadera estrategia, y la práctica ausencia de diálogos para tanto texto resulta igual de alienante. Creedme, las capturas de pantalla quedan geniales pero no hacen justicia a lo sencillote del planteamiento.

Esta peli ya la he visto...

El sistema de visualización de enemigos, tan crítico en un juego de comandos, parece igualmente un paso atrás. Uno entra en un cuarto y lo ve todo nítido. Bien, piensa, está vacío. Avanza y de pronto aparece un montón de gente que llevaba ahí todo el rato. ¿Por qué no usar las sombras indefinidas de Robin Hood, o incluso la típica fog of war? Incluso girarse ligeramente implica dejar de ver a personas que tenemos a un metro. Ya ni hablo de usar voces y sonidos para darnos idea de la presencia de personas.

Los controles de tus hombres también dejan mucho que desear, sobre todo cuando los dejas a su aire. Son como pasmarotes que no saben qué hacer. Y el mapa de la ciudad de Chicago donde vemos el avance de la campaña resulta demasiado impersonal, uno no tiene la sensación de vivir una historia como ocurría en el de Robin Hood. Resulta extraño que juegos del mismo estudio separados poco tiempo entre sí dejen un regusto tan distinto. ¿Grupos de trabajo diferente? ¿Publicado con prisas? Quién sabe.

En cualquier caso, unas buenas ideas de base poco aprovechadas. Es una lástima, porque los escenarios del juego resultan realmente evocadores y se merecían mucha más interacción. Por si fuera poco, tratar de jugar en un PC moderno es infernal, sobre todo por la inexplicable lentitud de los sprites, sin que haya esperanzas de que eso se solucione en un futuro.

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