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martes, 4 de abril de 2017

₁₂₁ Drakan: Order of the Flame (1999)

Tipo: Aventura
Año: 1999
Estudio: Surreal Software
En español:
Multijugador:
Puntuación: 5

Habíamos empezado este año con reseñas de videojuegos un tanto decepcionantes, y tocaba ya recordar un auténtico clásico, como es en este caso Drakan: Order of the Flame, desarrollado en el 99 por los estadounidenses de Surreal Software y distribuido por Psygnosis. Un juego de acción-aventura con no pocos aspectos propios de rol (como la progresión de niveles), una ambientación interesante y una historia de fondo extensa y bastante cuidada para lo que viene siendo habitual en este género. Y como baza ganadora la posibilidad de luchar tanto cuerpo a cuerpo como a lomos de un poderoso dragón que, ¡sí!, lanza llamaradas. Por una vez la portada no miente.

Unos gráficos que aún cumplen sobradamente.

A primera vista encontramos similitudes con Tomb Raider, principalmente por los entornos tridimensionales y la protagonista femenina, y hay que reconocer que la saga protagonizada por Lara Croft influyó mucho en este tipo de juegos durante los años posteriores a su aparición, una estela que alcanzó hasta la época de Blade of Darkness (2001) o Prince of Persia: The Sands of Time (2003). En este caso podemos detectar también otras influencias como la de la película Dragonheart (1996), en particular para lo referente al compañero draconiano. Sin embargo, Drakan posee personalidad propia, lo mismo que su protagonista, Rynn, una joven que ve cómo unas criaturas infernales invaden su aldea y matan o secuestran a sus pobladores (un clásico del género, Dungeon Siege, por ejemplo, empezaba igual). Ahora su deber es rescatar a su hermano pequeño, pero para ello deberá buscar al último representante de la olvidada alianza de hombres y dragones, la Orden de la Llama que da título al juego: un dragón llamado Arokh con el que creará un vínculo irrompible.

Batallas a lomos del dragón.

Aunque efectivamente Drakan es una aventura con una trama definida y está dividida en capítulos claramente acotados, la estructura de cada uno de ellos es en gran medida un sandbox que ofrece mucha libertad para enfocarlo. Y a partir de que nos unamos a Arokh esta libertad se multiplica, tanto por la posibilidad de montar en él y que nos deje en la zona que nos interesa como por el propio combate a dragón, tanto contra otros dragones como, siempre que podamos, contra las criaturas terrestres, ya que frente a ellas sus ataques son letales. Lamentablemente su enorme cuerpo no cabe por los túneles que protagonizan gran parte de la aventura, pero nadie dijo que esto fuera a ser fácil.

Dentro del combate podemos elegir entre un amplio número de armas, que deben encajar en nuestro inventario cada una con su tamaño (otro aspecto tomado de los crpg tradicionales), y que además van gastándose hasta quedar inservibles. Los enemigos son variados, y hay algunos de tamaño gigante que no paran de arrojarnos cosas (hasta que se quedan sin munición y entonces... ¡lanzan a sus colegas de menor tamaño!; puntazo). Los movimientos con las armas cuerpo a cuerpo (espadas, mazas) son un tanto limitados (ataque y parada), pero la incorporación del arco, con su apuntamiento en primera persona, es otro aspecto muy positivo.

El inventario por casillas y las estadísticas
de armas son aspectos de tipo rol.

Han transcurrido ya muchos años desde que apareció Drakan, e inevitablemente se nota. Los gráficos 3D aún se dejan ver, pero resultan demasiado "triangulares", producto de la limitación de polígonos. Otro aspecto que acusa el paso del tiempo son las texturas de los personajes, sobre todo al contemplarlas de cerca, puesto que son fijas y no se les mueve la boca cuando hablan, lo que como podéis imaginar queda bastante raro. Ya que ha surgido el tema, el juego está bien doblado al castellano, cosa que se agradece, aunque la entonación de algunas voces da más risa que otra cosa (imagino que no había presupuesto para un doblaje profesional, qué le vamos a hacer). Incluso anotando estos pequeños fallos, Drakan es perfectamente jugable hoy día, y es todavía mejor si contáis con un mando o joystick para manejar al dragón. Además la historia es larga y existe un gran número de zonas opcionales y tesoros ocultos, como para manteneros entretenidos aún más tiempo.

El mapa sirve también para indicar objetivos.

Aunque mi experiencia ha sido únicamente en solitario, Drakan ofrece también un modo multijugador que está restringido al enfrentamiento entre jugadores, que puede ser a pie, en dragón o empezando a pie pero con un dragón escondido en alguna parte (y el jugador que se haga con él tiene todas las de ganar, por descontado).

Curiosamente llegó a aparecer una segunda parte del juego en 2002, llamada Drakan: The Ancients' Gates y donde se continuaba la historia con los mismos personajes, pero sólo salió para PS2, cosa extraña puesto que el juego original fue exclusivo de PC. Decisiones de esas que no se entienden, la verdad.

Como curiosidad y premio por haber leído hasta aquí, os paso el enlace a un rincón de la vieja web de Psygnosis donde encontraréis imágenes de la sesión de fotos con la modelo Myrna Blankenstein vestida de Rynn para promocionar el juego.

Similitudes razonables con...


Brothers: A Tale of Two Sons

Ecstatica

Dungeon Siege

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